Cuba y los derechos humanos: otra mirada

Oscar Ugarteche


La huelga de hambre de un opositor del régimen y la muerte de otro han llamado la atención pública mundial sobre el tema de Cuba y los derechos humanos. En efecto, este tema ha sido un parte aguas de la intelectualidad mundial que dejaron de asistir a las reuniones en la isla porque no es una democracia. Para afilar esta apreciación, unos escribieron libros titulados Los últimos dias de Castro y otros artículos titulados El otoño de patriarca para mostrar que Cuba y su insoportable situación de derechos humanos caería bajo su propio peso al igual que Europa del Este y la Unión Soviética.
Han pasado casi veinte años desde que este pronóstico fuera dado y los que escribieron eso han pasado a escribir muchas otras cosas y a cambiar el tema de conversación porque Cuba y su revolución son fruto de su historia y de ninguna otra cosa. No de una guerra mundial, ni primera ni segunda; no de una invasión de tanques del país enemigo histórico, ni tampoco de una imposición firmada en Yalta. Porque la división de Europa se pactó en Yalta de forma que el producto luego denostado fue un acuerdo entre las cuatro potencias al final de la segunda guerra. Cuba no se pactó en Yalta. Cuando se firmó ese tratado, Cuba era un burdel administrado por la mafia estadounidense con una inmensa industria azucarera y con un sector de elite de calidad mundial. Tenía el PIB per capita mas alto de América latina, más alto que Argentina aun, y niveles de pobreza y racismo inmensurables.
La revolución cubana es criada en casa contra esas injusticias y agarró el apoyo de la mayor parte de la población que la sigue apoyando, a pesar de lo que sale en los resultados de las encuestas del IRI, encuestas que son una insolencia y una intromisión inaceptable en la vida de Cuba. El derecho a la vida es un derecho que los cubanos han mantenido y defendido, inhibiendo la pena de muerte salvo para casos de traición a la patria, y el uso de la violencia en las calles es impensable. A diferencia de otras democracias que usan las armas para subyugar a la población, en Cuba se usa la razón. A diferencia de México, Colombia y el Perú, donde se matan a ciudadanos por protestar por sus derechos, en Cuba los cuidan.
Si el tema gay fue un tema espinoso en los años 60, queda recordar que ese tema es espinoso aun en muchos países y que leyes de igualdad y de no discriminación sobre esta materias existen en pocos países y que la libertad de ser gay es “mal vista” aun en mucha democracias católicas de confesión. Eso dejó de ser el caso en Cuba después de un aprendizaje duro y esperamos el cambio de las leyes para que exista igualdad entre todos los ciudadanos, pronto. Los cubanos se quejan de que su servicio de salud se has deteriorado y que su educación está pasando por una tensión. Se quejan por que todos los ciudadanos tienen derecho a la salud y educación y tienen el espacio para quejarse. Los cubanos que salieron a refugiarse al Perú en 1980 descubrieron muy tarde que eso que a ellos les fastidiaba, en el paraíso democrático no existía.
Me pregunto cual habría sido el destino de estos protestantes en huelga de hambre en una democracia. Me pregunto igual por su destino porque si la muerte es para llamar la atención a las injusticias en Cuba, podemos hacer una larga lista de injusticias en otro lados que son peores. Quizás no exista la justicia, como están constatando los acusados de terrorismo por Estados Unidos que los torturan en tierra de nadie y que no tienen a donde voltear jurídicamente porque los han borrado de la faz de la tierra, detenidos sin acusación desde hace ocho años algunos. Pero ese no es el punto, el punto es Cuba y que en Cuba no hay justicia. No hay justicia, tampoco hay hambre, tampoco analfabetas, tampoco sexismo, tampoco niños y niñas de la calle. ¿Qué hay en Cuba? Problemas.
Cuba tiene problemas, como todos tenemos problemas. Los problemas cubanos deben de ser atendidos por ellos mismos y mientras más rápido mejor. Eso no quiere decir que la manera de llamar la atención a una situación de detenidos políticos sea el suicidio público. La juventud de Cuba pide cambios y sin duda habrán cambios. El espacio de discusión público sin duda tiene que seguir abriéndose y deben de seguir actuando en respuesta de lo que brota de estas. Eso es diferente a un golpe de mano que es lo que estos huelguistas de hambre buscan. Si el futuro para Cuba en el imaginario de los huelguistas es un cambio de régimen, como en Irak y Nicaragua, miremos bien.
No tengo la menor duda del apoyo del IRI y de las embajadas de Europa del este a estos huelguistas de hambre, reflejando su historia, los unos y los otros. Solo que esa no es la historia de Cuba. Cuba es de todos y es nuestra sobre todo y nos ha enseñado que se puede ser pequeño, estar jodido, y tener dignidad y sobrevivir casi sin alimentos. Nos ha enseñado que puede construir el destino que quiere y que puede decir NO..

Ciudad Universitaria, México DF


Oscar Ugarteche es un conocido economista (peruano), experto en deuda externa, profesor, postgrado de economía de la universidad nacional de México, (UNAM).
Recibió su doctorado en la Universidad de Bergen. Maestráa en la London Business School.
Investiga los elementos para la integración financiera de America Latina, las regulaciones financieras internacionales y forma parte del Observatorio Económico de America Latina: El Otro Balance Económico.

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